Tipos de meditación: Respiración Abdominal

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Tipos de meditación: Respiración Abdominal

16/02/2019

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¿Qué es meditar?

Haciendo esta pregunta durante muchos años me he encontrado con múltiples respuestas. Algunas personas definen la meditación desde las cualidades que pueden obtener con ella:

  • Encontrarme a mí mismo.
  • Estar aquí y ahora.
  • Silencio mental.
  • Conseguir la paz interior.
  • Conexión conmigo, con los demás y con el entorno.
  • Habitar en mí.
  • Estar tranquilo.
  • Conocerme.

Otras expresan la idea de la mente como un obstáculo a superar:

  • Autocontrol de los pensamientos.
  • Silenciar la mente.
  • Aquietar la mente.
  • Poner la mente en blanco, no pensar en nada.

Hay también definiciones transpersonales relacionadas con el concepto “Ser” o sinónimos:

  • Sentir mi esencia y vivir desde ella.
  • Conectar con el Ser.
  • Trascender el cuerpo y el ego.
  • Escuchar mi Voz Interior.
  • Comunicarme con mi Guía Interno, el Maestro Interior.

Una definición básica de meditación

De una manera sencilla, en un primer paso, la meditación es una concentración prolongada. Cuando me concentro prolongadamente sin esfuerzo aparece el estado de meditación.

Tipos de Meditación

Desde esta clasificación hay tantas meditaciones como objetos de concentración. Puedo concentrarme en:

  • La respiración.
  • Formas reales: un amanecer o una puesta de sol, un punto en la pared, la llama de una vela, un metro cuadrado de césped, un punto en el aire, paisajes…
  • Formas representativas: una figura que representa una divinidad o cualquier otra imagen; mandalas, yantras, tankas, pósters…
  • Un sonido: mantra, kirtan, canciones, sonidos de instrumentos, sonido del mar, una cascada, etc.
  • Una sensación: calor, frío, hormigueo, vibración, palpitación, corriente, expansión, contracción, etc.
  • Un movimiento (meditaciones activas, danzas sagradas, marcha tibetana, biodanza, Tao Yin, Yoga, Chi Kung…).
  • Los pensamientos: el parloteo mental, las imágenes del espejo de la mente, autoafirmaciones…
  • Una acción (lavarme, peinarme, freír un huevo, caminar, hablar, hacer el amor…)

De manera que meditar también podría ser “poner plena conciencia en todo lo que estoy haciendo”. Meditar es reconocer qué me nutre y es duradero y qué me desvitaliza. A veces lo placentero me estimula un momento y luego me debilita. La meditación desactiva los pensamientos obsesivos y permite reeducarme. Dejo de depender de lo externo, de las adicciones.

Escuelas de meditación

En las culturas y religiones principales, en multitud de filosofías hay un espacio para la meditación. Por enumerar brevemente las principales prácticas que conozco:

El Tao enseña a través del movimiento con el Tao Yin, el Chi Kung y el Tai Chi y a través de la comunicación interna con la Sonrisa Interior, los Sonidos Curativos, la Órbita Microcósmica, el Amor Sanador y la Fusión de los 5 Elementos, por ejemplo.

El Yoga es la senda con más variedad de prácticas meditativas y mejor documentación de las mismas. Meditación concreta y abstracta. Meditaciones dinámicas, tántricas, mantras, mudras… Meditaciones sutiles con los chakras, con los diferentes cuerpos energéticos…

El Budismo casi tan prolífico como el Yoga. Además añade el sendero de la meditación Vipassana para percibir claramente la realidad. Mención especial me merece la línea budista del Zen y la meditación sentado (zazen), caminando y comiendo.

El Cristianismo clásico con el poder de la oración y las visualizaciones guiadas.

El Sufismo se centra en los cantos en nombre de Allah y realiza meditaciones dinámicas con apertura del corazón y giros derviches.

En la tradición Chamánica las meditaciones se centran en la conexión con la Naturaleza, el Gran Espíritu y el corazón a través de rituales solo o acompañado donde la música y los cantos tienen mucho protagonismo.

Meditar en la respiración

La respiración es una función que realizo tanto consciente como inconscientemente. Es algo que puedo modificar con consciencia para que se instale en mí y me influya inconscientemente.

La concentración en la respiración es una herramienta universal. Está presente en todas las escuelas y es, junto con la meditación del Canal Central (7 chakras), la meditación con más practicantes.

Es una manera sencilla de empezar a meditar y conocerme. De vivir desarrollando todo mi potencial.

Comparto un esquema de cómo poder realizarla.

Concentración en la respiración abdominal

Elementos clásicos de la meditación

Posición:

Sentado cómodamente (puede ser con piernas cruzadas en el suelo o sentados en una silla con los pies plantados en la Tierra).

Conexión Tierra/Cielo y posición erguida sintiendo la energía ascendente.

Ísquiones apoyados. Lumbares un poco hacia fuera. Columna vertebral ligera. Un hilo de luz tira de la parte superior de la cabeza hacia arriba, la barbilla se queda un poco metida. Rostro sonriente. Manos en un mudra que me ayude a concentrarme (Por ejemplo uniendo pulgar e índice de cada mano).

  • Respiración: Lenta y abdominal.
  • Relajación: Reviso que toda la musculatura está relajada y hago especial énfasis en la suavidad del rostro.
  • Visualización: Sin visualización.
  • Concentración: Me concentro en las sensaciones al respirar. Siento como entra el aire al inspirar y como sale al exhalar, como se infla y se desinfla el abdomen. Añado “disfrutar del proceso”, conectando con mi estado de gozo.
  • Meditación: Dejo que la práctica continúe sin esfuerzo.

Otros elementos de esta meditación

  • Intención: Medito para disfrutar de mi propia presencia. Habito mi cuerpo cuando estoy atento a él.
  • Motivación:Todo segundo que empleo en meditar es valioso.

Integración en la vida diaria, Mantengo la conciencia en la respiración en todo momento. Observo cuando mi respiración se ha alterado, si ha sido solo o acompañado. Me pongo la alarma en el reloj para que a cada hora pueda parar y meditar un minuto, observando como me encuentro cada vez.

Variantes

  • Cuento 100 respiraciones. Observo cuánto tiempo empleo cada día en realizar esta práctica.
  • Cuento las respiraciones que hago en media hora de meditación. Observo cada día cuantas respiraciones realizo.
  • Me concentro en las sensaciones que aparecen en las fosas nasales al inhalar y exhalar.

Cierre de la práctica

Agradezco el tiempo que he empleado en meditar y comparto los beneficios que he adquirido con todos los seres de la creación y con todas mis relaciones.

Artículo Publicado en espaciohumano.com